Manuel P. Muñoz sobre Los Colonos del Caudillo
La película Los colonos del caudillo trae a la memoria la novela de Rafael Chirbes La larga marcha, tienen elementos temáticos en común.
Los colonos del caudillo:
imagen del fascismo cotidiano en la democracia española que no lo es
Me alegra saber que te ha gustado el libro Perspectivización de la memoria histórica en la narrativa española actual. Como has podido comprobar, el trasfondo del libro tiene mucho que ver con el trasfondo de vuestra película que, como ya os dije, me ha gustado mucho. Vuestra película no solo me parece necesaria sino también muy oportuna. En lo que se refiere a la clasificación, si vosotros no la clasificáis en la misma categoría que La caída de Madrid (la perspectiva de la narración se corresponde con la perspectiva de los vencidos), yo me atrevería a decir entonces que la película se os ha escapado de las manos. La perspectiva de la narración en Los colonos del caudillo (si utilizamos la misma terminología para dos medios diferentes y pasamos por alto obviedades técnicas) se corresponde con la perspectiva de los vencidos igual que en La caída de Madrid de Chirbes o en El vano ayer de Isaac Rosa. Me explico:
La película deja hablar con voz propia a los distintos sectores implicados
en el conflicto de la memoria histórica: 1) el sector minoritario de los
vencedores que no aceptó la reforma política del régimen (representado por
quienes os gritaron que se negaban a hablar y en cierta medida por Utrera
Molina), 2) el sector mayoritario de los vencedores que decidió cambiar algo
para que lo esencial siguiera igual (representado por el primer alcalde, el
primer agrónomo y los colonos que votaron en contra de cambiar el nombre del
pueblo, independientemente del partido al que voten actualmente), 3) la élite
procedente del campo republicano que decidió reconciliarse con los vencedores y
subordinarse a sus intereses para facilitar la reforma del régimen
(representada por Felipe González) y 4) el sector mayoritario de los vencidos
que lucha por la recuperación de la memoria histórica (representado por el
historiador y, sobre todo, por la voz en off del narrador). Esta
multiplicidad de voces o perspectivas no significa que la película sea
ecléctica, reconciliadora, polivalente, relativista o que les dé el mismo grado
de credibilidad o autoridad moral a las distintas perspectivas. La voz del
narrador tiene un mayor peso que la de las otras instancias narrativas y su
posicionamiento en el problema no contiene ambigüedad alguna. La película hace
ver de una forma muy elegante pero muy contundente que los vencedores siguen
siendo los vencedores; que la “transición” (en minúscula y entre comillas,
según Isaac Rosa) cambió muchas cosas pero no lo fundamental (la dura realidad
de que los vencedores siguen disfrutando de los privilegios del vencedor) y que
la Ley de Memoria Histórica, exigida por el movimiento memorialista, ha sido
convertida por los sucesivos partidos gobernantes en una cáscara vacía. El
simple hecho de mostrar esa realidad a través de la lupa implica ya una actitud
crítica frente a ella, por no mencionar el papel que juega la voz en off
y las correspondientes imágenes. La perspectiva que representa la película es,
por tanto, unívoca y se corresponde totalmente con la perspectiva del movimiento
memorialista, es decir, con la perspectiva de los vencidos. No me extraña que
los vencidos y sus descendientes acojan la película tan positivamente.
La película me trajo a la memoria la novela de Chirbes La larga
marcha, tienen elementos temáticos en común. Estoy pensando concretamente
en la subdivisión que se presenta en el campo de los vencedores entre los
fascistas vencedores (la élite) y los fascistas perdedores (casi todos los
demás). En la película estos últimos estarían representados por los colonos
profranquistas engañados y explotados por el Instituto de Colonización, según
se deduciría de los documentos encontrados. En la novela de Chirbes estaría
representado, entre otros, por un limpiabotas profranquista. Presentar a un
sector de los vencedores fascistas como víctimas sin modificar su imagen de
vencedores fascistas es un problema fundamental pero a tratar con mucha
delicadeza si no se quiere hacer que el verdugo deje de ser interpretado como
tal y que se interprete como víctima. Chirbes resuelve este problema
magistralmente y creo que la película lo resuelve con la misma maestría y
finura. A mí, como espectador, no me queda ninguna duda al final de la película
de que los vencedores siguen predominando en Llanos del caudillo (independientemente
del partido que gobierne la alcaldía) y de que la situación en este pueblo
castellano refleja en cierta medida la situación general de España, con todo lo
que esta realidad implica.
Teniendo en cuenta que Los colonos del caudillo revela que los
vencedores siguen siendo los vencedores, el documental se convierte
automáticamente, con independencia de la voluntad de quien lo dirigió, en un
dedo acusador que señala a la “transición” y sus protagonistas. Uno de ellos es
Felipe González, que también coprotagoniza la película. Por lo que esta da pie
a preguntarse por el papel jugado por Felipe González y los demás dirigentes
del PSOE durante la “transición” y hasta ahora. ¿Qué han hecho ellos en
relación con esa realidad? ¿Por qué redujeron la Ley de Memoria Histórica a una
cáscara vacía? González confirmó en el cine Babylon de Berlín lo que ya
documenta la película: que se ha impuesto la verdad de los vencedores. Si se
tiene en cuenta que él y su partido han gobernado España más de 21 años (de
1982 a 1996 y de 2004 a 2011), por tanto, bastante más años que la UCD y el PP
juntos, hay que concluir que él y los gobiernos del PSOE han sido decisivos
para que la verdad de los vencedores se haya impuesto. Si Felipe González y los
dirigentes del PSOE han contribuido tan decisivamente a que predomine la verdad
de los vencedores desde la muerte de Franco, entonces se hace necesario el
preguntarse ¿a qué campo pertenecen Felipe González y los dirigentes de su
partido, al campo de los vencidos o al de los vencedores? La pregunta puede
resultar chocante pero está totalmente justificada pues, como demuestran los
análisis expuestos en Perspectivización de la memoria histórica en la
narrativa española actual, el campo de los vencedores está compuesto por
los que ganaron la guerra y por aquellos que, procedentes del campo de los
vencidos, ascienden al campo de los vencedores tras reconciliarse con ellos y
empezar a defender sus intereses (los privilegios del vencedor) como propios.
En el libro menciono el caso del novelista Angel María de Lera, republicano que
estuvo encarcelado al final de la Guerra, se reconcilió con los fascistas al
salir de la cárcel y se convirtió en un leal servidor del régimen, llegando a
ser ascendido a jefe de la sección de literatura del diario profranquista ABC.
Que Felipe González valore positivamente la película, no es, en mi opinión, una
señal de debilidad de la cinta en lo que se refiere a su potencial crítico,
sino del alto nivel artístico que habéis alcanzado en ella y... de la doblez
del señor González. Estoy seguro de que su potencial crítico lo han
identificado no solo los responsables de los festivales en los que fue
rechazada (censurada) o las distribuidoras que se resisten a llevarla a los
cines, sino también los redactores de prensa española que pasan sobre ese
contenido crítico como sobre ascuas para evitar quemarse. Algo que resulta
evidente si se comparan los comentarios aparecidos en la prensa española con
los aparecidos en la prensa alemana. En esta última se usan muchos menos eufemismos
para referirse a la realidad descrita en el documental.
Un indudable logro artístico de la cinta es el presentar a los
fascistas o defensores de Franco en toda su dimensión humana y no como
monstruos caricaturescos. Esto tiene, a mi modo de ver, una gran importancia,
no sólo como elemento estético. Si se presenta a los fascistas como monstruos
caricaturescos, al espectador le resulta imposible identificarlos en la vida
real, pues en la vida real el fascismo está representado y sostenido no solo
por el torturador sádico o por el cabeza rapada que apalea brazo en alto a un
inmigrante o a un homosexual, sino también por ese joven desenfadado y
“moderno”, esa señora “de su casa” o ese sonriente abuelete que dicen no saber
nada de política ni interesarse por ella pero que, sin embargo, tienen “muy
claro” que Franco hizo “muchas cosas buenas”. Si a los fascistas no se los
presenta en toda su dimensión humana, sino como monstruos de maldad
caricaturesca, las víctimas directas o indirectas de esos fascistas se quedan
sin una imagen real con la que poder identificar en la vida cotidiana a sus
verdugos. Se puede decir que esa es una de las diferencias entre una obra
artística regular pero necesaria y una obra artística excelente e
imprescindible como Los colonos del caudillo.
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Resumen:
La narrativa española actual sobre la Guerra Civil y
el período franquista, objeto de investigación en este trabajo, se produce, no
en un marco atemporal y extraterrenal, sino en el contexto social español
marcado por el resultado de la Guerra Civil y por ese conflicto en torno a la
memoria histórica. Por esto, es legítimo suponer que los escritores que
escriben sobre estos temas quieren expresar en sus novelas sus puntos de vista
sobre la Guerra Civil, la época franquista, la reconciliación y los proyectos
de sociedad para el futuro y que, de una u otra forma, toman posición en el
conflicto en un sentido u otro. Descubrirlos es, sin duda, de interés general,
pues contribuyen de forma importante a moldear la memoria colectiva. ¿Desde qué perspectiva escriben los autores que
tematizan hoy día ese período bélico y dictatorial y hacia qué objetivo
político-histórico apunta la rememoración de ese pasado en sus novelas? El tema en el que se centra este trabajo es la
interconexión del conflicto sobre la “memoria histórica”, el problema de la
reconciliación y la perspectiva de la narración elegida por los autores en las
novelas que tematizan la Guerra Civil y la dictadura franquista.
Información acerca de Rafael Chirbes:
Información acerca de Rafael Chirbes:
Der Fall von Madrid (La caída de Madrid) Der Spiegel 2000
Rafael Chirbes im Interview über die Vergangenheitsbewältigung Der Spiegel 2005
Rafael Chirbes im Interview über die Vergangenheitsbewältigung Der Spiegel 2005
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